martes, 24 de abril de 2012

Queremos

Hoy, os vamos a contar un cuento:

Lucía tiene 3 años, el cabello largo, negro y, normalmente, recogido en una trenza que meticulosamente su abuela le hace todas las mañanas. Con sus ojos, grandes y expresivos, observa el mundo y, aunque no lo podamos imaginar, va entendiendo todo lo que pasa a su alrededor poco a poco. 
Su abuela, sin embargo, está comenzando a sufrir una enfermedad por la cual está olvidando su vida y, al cabo de unos meses, Lucía ya no es más que otra niña para ella. Su madre hace mucho que no está y su padre no puede soportar tanta presión y, cuando Lucía se va a dormir, un polvo blanco invade su cuerpo y le hace sentir que su vida no es tan pesada por unos instantes.
Pero la vida, por mucho que la ignoremos, está ahí, es lo que vivimos, y los vecinos de la pequeña están preocupados por Lucía, la inocente Lucía, que ve el mundo con sus ojos marrones.
Un día, una mujer de traje de chaqueta llega a la casa y habla con el padre de Lucía. Ella sabe qué es lo que está sucediendo y él sabe que le van a quitar a su pequeña Lucía. Sin embargo, la mujer le dice algo que él no imaginaba: 
-Lucía podrá volver, pero necesitamos que usted se recupere para poder darle vida. Pero necesitamos que usted se recupere para darle esa vida que queremos para ella.

Quizás sea un cuento, una historia inventada, pero como Lucía hay muchos niños: son niños que no tienen una vida que disfrutar y para los cuales las condiciones en las que están no son las más indicadas para crecer. Su situación puede mejorar y, si seguimos con el ejemplo de Lucía, si su padre se recupera, la pequeña podrá volver con su padre y disfrutar de una vida como la que se merece.

Pero, mientras tanto, ¿dónde se quedará Lucía? ¿Qué queremos para ella? ¿La encontraremos en un centro de acogida de menores o podremos encontrar una familia que esté dispuesta a acogerla?

No es adoptar, es acoger, es darle una vida mientras, en paralelo, su entorno original mejora para que, en este caso, la pequeña Lucía pueda volver a abrazar a su padre sin que el polvo blanco se interponga entre ellos.

Nosotros queremos. Queremos una familia, un hogar, una educación.
Pero, por encima de lo que nosotros queremos, está lo que el niño o la niña pueda querer.
Y él, o ella Quiere vida.

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